Mujeres Lactando Y Den Sexoservicio En El D F
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Los científicos que estudian el consumo de drogas han descubierto que las mujeres que consumen drogas tienen problemas relacionados con las hormonas, el ciclo menstrual, la fertilidad, el embarazo, la lactancia y la menopausia. Además, las mujeres mismas describen motivos diferentes para consumir drogas, entre ellos controlar su peso, combatir el cansancio, manejar el dolor e intentar tratar por su cuenta problemas de salud mental.
El consumo de drogas durante el embarazo puede ser riesgoso para la salud de la mujer y del niño, tanto a corto como a largo plazo. La mayoría de las drogas, incluidos los opioides y los estimulantes, tienen la capacidad de causarle daño al bebé por nacer. El consumo de drogas puede aumentar el riesgo de un aborto espontáneo y puede causar migrañas, convulsiones y presión arterial alta en la madre, lo que puede afectar al feto. Además, el riesgo de que el bebé nazca muerto es de dos a tres veces mayor en las mujeres que fuman tabaco o marihuana, toman analgésicos recetados o consumen drogas ilegales durante el embarazo.2 Las mujeres embarazadas deben consultar al médico antes de tomar cualquier droga o medicamento.
Algunas sustancias como la marihuana, el alcohol, la nicotina y ciertos medicamentos pueden pasar a la leche materna. Sin embargo, se sabe poco sobre los efectos a largo plazo en un niño que está expuesto a estas sustancias a través de la leche materna. Lo que sí saben los científicos es que los adolescentes que consumen drogas mientras el cerebro está todavía en desarrollo podrían estar dañando la capacidad de aprendizaje del cerebro. Por lo tanto, es posible que exista un riego similar de problemas cerebrales para los bebés expuestos a las drogas. Dada la capacidad que tienen todas las drogas de afectar el cerebro en desarrollo de un bebé, las mujeres que están amamantando deben hablar con un médico sobre todas las sustancias que consumen.
Es importante destacar que el tratamiento por el trastorno de consumo de drogas en la mujer puede evolucionar en forma diferente al tratamiento del hombre. Cuando inician el tratamiento, las mujeres reportan haber consumido drogas durante menos tiempo. Sin embargo, el consumo en las mujeres tiende a avanzar más rápidamente desde la primera vez que consumen la droga hasta la adicción. La abstinencia también puede ser más intensa para las mujeres. En algunos casos, las mujeres responden en forma diferente a los hombres a ciertos tratamientos: por ejemplo, el reemplazo de nicotina (con parches o goma de mascar) no da tan buenos resultados en las mujeres como en los hombres.
Abandonar el consumo puede ser difícil para cualquier persona con un trastorno por consumo de drogas. Pero las mujeres en particular pueden sentir temor de buscar ayuda durante o después del embarazo por miedo a posibles consecuencias legales o sociales, o por temor de no contar con cuidado para el niño durante el tratamiento. Las mujeres en tratamiento a menudo necesitan ayuda para enfrentar las cargas del trabajo, el cuidado de la casa, el cuidado de los hijos y otras responsabilidades familiares.
Hay programas específicos para ayudar a las mujeres embarazadas a dejar de consumir drogas en forma segura; estos programas también brindan atención durante el embarazo. Ciertos tipos de tratamiento han mostrado resultados positivos, especialmente si incluyen servicios de guardería infantil, clases para padres y capacitación laboral, entre otros. Medicamentos como la metadona y la buprenorfina, combinados con los tratamientos descritos, pueden mejorar los resultados. De todos modos, algunos bebés necesitarán tratamiento para los síntomas de abstinencia; sin embargo, los resultados son mejores para el bebé si la mamá toma medicamentos para tratar el problema de drogas durante el embarazo que si continúa consumiendo opioides.
Para obtener más información sobre la influencia de sexo y género en el consumo de drogas en las mujeres, consulte el Informe de investigación sobre el consumo de drogas en las mujeres (en inglés).
En las mujeres, hay dos tipos diferentes de bultos en la areola. Estos son abscesos subareolares no puerperales, que ocurren en una persona que no está amamantando, y abscesos puerperales, que ocurren en mujeres que están amamantando.
La inflamación de los senos durante la lactancia puede afectar entre el 2 por ciento y el 3 por ciento de las mujeres lactantes, y entre el 5 por ciento y el 11 por ciento de estas mujeres pueden desarrollar un absceso.
Los médicos considerarán qué antibióticos son seguros para administrar a las mujeres que amamantan y que tienen bultos en la areola. Por lo general, se recomienda a las mujeres que sigan amamantando.
Las mujeres que están amamantando también deben ver a su médico si se forma un bulto en la areola. Una enfermera de lactancia puede ayudar a una mujer a prevenir futuros abscesos, y entrenarla para que continúe amamantando o usando un extractor de leche para sacar leche del seno afectado.